lunes, 28 de octubre de 2013

“Palabras”, Primer Premio del Certamen Nacional de Directoras de Escena

El pasado sábado el Teatro José María Rodero acogió la gala de clausura y entrega de premios del XVI Certamen Nacional de Teatro para Directoras de Escena “Ciudad de Torrejón”. “Palabras” de Agurtzane Intxaurraga y Hika Teatroa se proclamó como la gran vencedora al obtener tanto el  Primer Premio como el Premio del Público. El segundo fue para “Cartas de las Golondrinas" de Blanca del Barrio, mientras que el tercero se entregaba a Tokio 3, de Marta Pazos y el grupo Voadora, que será la compañía residente en la Caja del Arte durante un año.

En Grupo Hostal tuvimos la oportunidad de colaborar con este evento y asistir también a dos de sus representaciones. “Tokio 3” y “Palabras”. De la primera ya os dimos buena cuenta la semana pasada y de la segunda nos atrevemos a compartir ahora un pequeño comentario con vosotros y esperamos que hagáis lo mismo si pudisteis disfrutar de ella.

Nada más sentarnos en la butaca del teatro nos vuelve a sacudir la misma mala sensación que nos llevamos en la inauguración del certamen: demasiadas sillas vacías. Quizá sea falta de publicidad o precios que lamentablemente no todo el mundo puede permitirse, pero lo que está claro es que no podemos echar la culpa al vecino. Porque a los vecinos de Torrejón (y alrededores) nos gusta el teatro. Por eso aplaudimos hasta que nos dolieron las manos y nos pusimos en pie emocionados ante la genialidad de una representación sencillamente perfecta.

“Palabras” pone sobre la mesa la realidad del maltrato, su gestación y consecuencias para una mujer desdoblada en tres momentos de su vida: la joven, que enamorada de los susurros de su pareja se niega a ver el lobo bajo la piel del cordero, la adulta, que una vez aceptada su realidad se culpa de no haberla evitado a tiempo y decide enmudecer, y la anciana, que enloquecida por la tragedia ha olvidado que alguna vez amó a un hombre.

Junto a estas tres mujeres un sólo hombre. Una persona que utiliza las palabras para herir a su mujer, alejarla de su familia y amistades y encadenarla a él. Y a su destino. Un trágico futuro que se ceba especialmente con su hijo, representado con una marioneta de madera al que Agurtzane Intxaurraga consigue dar vida como si del mismísimo Geppeto se tratara. 

La superposición de tiempos en escena y la encarnación y convivencia de un mismo personaje en diferentes momentos de su historia deja entrever sutilmente el irremediable desenlace del drama. Silencio en la sala. No hay palabras para describir el estado de ánimo de un público conmocionado ni tampoco para dirimir responsabilidades. Pero vamos a intentarlo.

Puede que sea un guión construido sobre la polisemia del lenguaje y el juego del tiempo, o tal vez unos actores tremendamente naturales, o puede que la culpable sea la luz, elegante y poética, o la original escenografía. Quizá sea la suma de todo ello. O quizá algo más. Un hilo invisible capaz de tejer todos estos elementos sin que se noten las costuras.

Sea como fuere a nosotros no nos queda más que callarnos, felicitar a la compañía y sumarnos a las palabras de su directora: “Ojalá algún día certámenes como éste ya no tengan razón de ser porque hombres y mujeres sean efectivamente iguales”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario